En la era de la tecnología, Internet constituye el centro de mira entorno al cual funciona prácticamente todo. Por un lado, es cierto que abre la comunicación, acorta distancias, y mantiene informado en un mundo globalizado; pero por otro lado, permite conocer y entablar relaciones extremadamente íntimas, que incluso pueden llegar a considerarse como actos de infidelidad en el seno de una pareja.
Si vamos a los datos promedio, las estadísticas de infidelidad muestran que el 60% de los hombres son infieles, dato que contrasta con el 40% que presenta el de las mujeres que siguen sus pasos. No obstante, de acuerdo con el 1r estudio sobre conductas y preferencias sexuales de usuarios de Internet en el territorio español, las mujeres son más infieles que los hombres (50% frente al 44%).
Según un estudio realizado por el Journal of Couple and Relationship Therapy afirman que entre un 45 y un 55% de las mujeres que están casadas son infieles.
La infidelidad se presenta cuando un miembro de la pareja ha sido traicionado, cuando se establecen relaciones extra conyugales con personas externas a la pareja, ya sean sexuales o afectivas. Además, con la aparición de Internet, todo se puede hacer en el ciberespacio, los romances cibernéticos pueden iniciarse fácilmente. Esto se explica por el nacimiento de una cierta curiosidad por la novedad, por una identificación personal en una situación concreta, a través de cualquier chat o plataforma social, o por vacíos existenciales.
Los investigadores privados han descubiertos el hábito de intercambio de mensajes sugerentes, insinuantes en las redes sociales por parte de individuos estando en una relación monógama. Este hecho también se explica por un abuso del uso de las redes sociales, que ofrece una satisfacción instantánea y no cesa de crecer y convertirse en un problema para la sociedad.
La comunicación anónima facilita el engaño y puede convertirse en algo muy peligroso y arriesgado. La contratación de un detective privado en este campo es muy importante e incluso imprescindible, si se quiere evitar ser víctima de un engaño cibernético por parte de su pareja. Internet ya no es sólo un instrumento de consulta, sino también de interacción que puede llegar a altos niveles de intimidad.